Monday, September 21, 2009

Sueños



Hacía mucho ya que no conseguía dormir bien. Sus sueños eran pesadillas, donde la búsqueda de cualquier significado resultaba ocioso e inútil. Era absurdo buscar símbolos entre tanta irracionalidad y mucho peor era intentar interpretarlos. No creía que los sueños pudiesen aportar luz sobre las tinieblas de su espíritu, entre las brumas de sus recuerdos. En ocasiones aparecía su infancia y eso hacía que despertase deprimida y malhumorada. Por no hablar de las terribles sensaciones de caídas en el vacío, sobresaltos y sustos dignos de la peor película de terror. No. No le gustaba soñar. Prefería dormir sin imágenes, anestesiada, sólo así conseguía descansar, si lograba dormirse, claro. Hacía mucho tiempo que recurría a inductores del sueño, tales como infusiones relajantes. No le gustaban las pastillas para dormir. Sólo se permitía alguna muy de vez en cuando y en ocasiones especiales si realmente era necesario. Prefería esperar amodorrarse sumergida en la lectura de algún libro o si esa noche tenía paciencia suficiente se entregaba a un ejercicio mental aprendido a través del yoga, en el que la atención se concentra exclusivamente en la respiración y se deja a la mente fluir, huyendo así de sus propios pensamientos, viéndolos como ajenos. Y, en ocasiones funcionaba, claro, era agotador, después de todo, no dormir era la peor pesadilla.

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